En una zapatería:
- Perdone, ¿tienen zapatos de cocodrilo?.
- Ehm no.
-Que pena, vamonos cocodrilo.
Un señor entra a una zapatería y se le acerca el vendedor:
-Buenas tardes, ¿En qué puedo ayudarle señor?
-Quiero unos zapatos del número 42.
-Verá, señor, no es por llevarle la contraria, pero a simple vista puedo ver que usted calza almenos un 46.
-Eso no me importa, yo quiero un número 42, si no, no compro nada y me voy a otra tienda.
-Está bien (le contesta el vendedor con cara de asombro).
El dependiente le trae unos zapatos del número 42; el hombre se los prueba y le dice:
-Perfecto, me los llevo puestos.
Cuando va de salida del comercio, el vendedor se da cuenta de que el hombre va sufriendo porque los zapatos le aprietan mucho. El vendedor, intrigado de por que compró unos zapatos tan pequeños, se le acerca y le dice:
-Señor, disculpe, pero no me puedo quedar con la intriga, ¿cómo es que compra sus zapatos tan pequeños, si se ve que está sufriendo porque no le quedan bien?
- Mire, le voy a contar mi historia: mi mujer me engaña con un compañero de trabajo; mi hija es prostituta; mi hijo es yonki; mi suegra vive con nosotros y me tira en cara la culpa de todos los problemas familiares... ¡El único placer que tengo en esta vida es llegar acasa y quitarme estos malditos zapatos!
Un lepero entra un lunes en una zapatería y después de probarse unos cuantos pares, elige unos italianos muy elegantes. Al entregárselos el empleado le advierte:
- Señor, estos zapatos suelen apretar bastante los cinco primeros días.
- No hay problema, responde, no los voy a usar hasta el próximo domingo
Un padre a su hijo:
- Raúl ¿Por qué estás hablando con unos zapatos ?
- Es que en la caja ponía converse.
Un hombre, pálido, triste y escuálido, va al psiquiatra y le dice:
-Mi suegra me está matando. Sé que me voy a morir. ¿Tengo cura?
-Claro que sí,en cualquier iglesia encontrará uno.
Juan y su mujer estaban recogiendo los trastos en el desván y encuentran un recibo de una zapatería. La fecha señala que el recibo tenía once años. Los dos se rieron e intentaron recordar cual de ellos se había olvidado de recoger el par de zapatos.
¿Será posible que todavía tengan los zapatos? le pregunta Juan a su mujer.
– no lo creo responde su mujer
Vale la pena ir a ver dice Juan, metiendo el recibo en el bolsillo y con eso, se va a la tienda.
Al llegar a la zapatería le da el recibo al dependiente. El dependiente voy a buscarlos.
Y con eso desaparece para buscarlos.
Después de un rato, Juan oye la voz del dependiente:
¡Aquí están!
¿De veras? dice Juan.
¡Qué suerte! No me lo creía después de tanto tiempo.
El dependiente vuelve al mostrador sin los zapatos y le dice:
Estarán listos para el jueves.
Entra un tío en la zapatería de El corte inglés y dice al dependiente: perdone, ¿tiene zapatos del 36?
Y el dependiente con una sonrisa le responde;
No, zapatos que tenemos son de después de la guerra.
Doctor, tengo un serio problema, no sé decir zapato.
Y el médico le responde:
Pues yo veo que lo pronuncia bastante bien.
¡Que no, que no! Que es que yo no sé decir zapato.
Pues yo no le noto nada extraño responde el médico
A lo que el paciente responde:
¡Verá! ¿Cómo se lo explicaría yo?… lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, zapato y domingo.
Un día en los cuneros estaban tres bebés y uno de ellos se miró debajo de la sábana y feliz dijo:
¡Soy niña!
Otro hizo lo mismo, y exclamó:
¡Soy niño!
Finalmente, el tercero se miró y dijo tristemente:
¡Yo no sé que soy!
¿Por qué?, preguntaron los otros.
Y el bebé respondió:
Porque tengo los zapatitos AMARILLOS.
¿Donde estoy llamando?
A la zapatería “Buen pie”.
Perdón, me equivoqué de número.
No importa, se lo cambiamos.
– Hola, quería estos zapatos
– Dígame su número
– ¡Oh! 651862 …
– ¡No! ¡Número de zapatos!
– ¡Ah! Quiero dos
– Por favor atiende tu a la rubia
Va una señora a una zapatería y le dice al que está atendiendo:
Oiga señor, ¿tienen zapatos de cocodrilos?
Y le contesta el señor:
Sí, ¿qué número calza su cocodrilo?
Un hombre de la tercera edad, pasa por una tienda de calzado y ve unas estupendas botas texanas como siempre las había deseado. Sin pensarlo por un instante entra a la tienda y compra las botas.
Al llegar a casa se coloca las botas, se presenta ante su esposa y le dice:
—Vieja, ¿notas algo diferente en mi?
La señora se acomoda las gafas, lo observa detenidamente y contesta:
—¿Diferente? no, nada...
Decepcionado el hombre vuelve a la habitación, se desnuda completamente pero dejándose puestas las botas, y pregunta de nuevo a su esposa:
—Ahora si, ¿notas algo diferente?
La señora lo mira de nuevo y con la mayor indiferencia el responde:
—¿Diferente?nada... lo tienes colgando hacia abajo como siempre; como estaba estaba ayer y como estará mañana.
Enojado el hombre le grita a su esposa:
—¿Y sabes porqué esta colgando hacia abajo hoy más que nunca?
—No, no lo se...
—Él está colgando hacia abajo ¡PORQUE ESTÁ MIRANDO MIS BOTAS NUEVAS!
—Ah, ¿y él mira tus cosas nuevas? —pregunta la esposa en tono burlón.
—¡Si, el si mira mis cosas nuevas! —dice iracundo el señor.
—Entonces deberías haberte comprado un sombrero nuevo, ¡¡¡SI SEÑOR, UN SOMBRERO NUEVO!!!
- ¿Nivel de inglés?
- Alto
- Traduzca "un zapato"
- A shoe
- ¡Salud! JAJAJAJA
- ¿Estoy contratado?
- No
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